martes, 17 de septiembre de 2013

Ampelmännchen



Ampelmännchen  significa "hombrecillo del semáforo" en alemán.

Es una silueta que representa a un hombre con sombrero típica de los semáforos de los pasos de peatones de la extinta República Democrática Alemana.

El Ampelmännchen rojo extiende sus brazos en cruz para señalizar la prohibición de cruzar, mientras que el verde está dando un paso hacia adelante, indicando que el paso está permitido.

Tras la reunificación alemana, se convirtió en un popular icono presente en multitud de souvenirs turísticos.


Origen del diseño

Los primeros semáforos para pasos de peatones fueron instalados en los años 50. Muchos países desarrollaron sus propios diseños, que finalmente se unificarían dando lugar a un estándar común. En aquel entonces, los semáforos eran iguales para coches, bicicletas y peatones.

El Ampelmännchen fue creado en 1961 en el Berlín Oriental por el psicólogo Karl Peglau como parte de una propuesta para modificar los diseños de todos los semáforos. Peglau era crítico con el hecho de que los colores habituales de los semáforos (rojo, ámbar y verde) no eran de utilidad para aquellos ciudadanos incapaces de diferenciar los colores (alrededor de un 10 por ciento de la población total) y que las luces en sí mismas eran demasiado pequeñas y débiles para competir con los anuncios luminosos y la propia luz del sol. Peglau propuso mantener los tres colores, pero introducir formas geométricas intuitivas asociadas con cada color. Esta idea contó con múltiples apoyos, pero los planes de Peglau fracasaron debido a los costes que conllevaba reemplazar los semáforos de toda la infraestructura viaria. Al contrario que el tráfico rodado, el tráfico de peatones no está sujeto a límites de edad y salud mental o física, y por lo tanto debe ser adecuado para niños, ancianos y discapacitados. Con esto en mente, Peglau pensó en usar la silueta de un hombrecito cuyo lenguaje gestual fuera comprensible por todo el mundo. Decidió también eliminar la luz ámbar, debido a que el tráfico de peatones no discurre generalmente de forma tan apresurada como el de vehículos.

 La secretaria de Peglau, Anneliese Wegner, dibujó el Ampelmännchen siguiendo las indicaciones de su jefe. En el primer boceto el Ampelmännchen tenía dedos, pero esta característica se desechó por motivos técnicos relacionados con la iluminación. Para sorpresa de Peglau, el sombrero del hombrecillo, "jovial y alegre" pero susceptible de ser considerado un símbolo de la pequeña burguesía, contó con el beneplácito final de las autoridades. Los prototipos del Ampelmännchen fueron construidos por la empresa estatal VEB-Leuchtenbau Berlin. Cuatro décadas más tarde, Daniel Meuren, del diario germano-occidental Der Spiegel, describía el Ampelmännchen como un elemento que unía "belleza con eficiencia, encanto con utilidad y sociabilidad con el cumplimiento del deber". Para otros, el Ampelmännchen se asemejaba a una figura infantil, con la cabeza grande y las piernas cortas, o incluso hasta a un líder religioso.




         





















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